Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 22, 12-21

12 «Un tal Ananías, hombre piadoso según la Ley, bien acreditado por
todos los judíos que habitaban allí,

13 vino a verme, y presentándose ante mí me dijo: “Saúl, hermano,
recobra la vista.” Y en aquel momento le pude ver.

14 El me dijo: “El Dios de nuestros padres te ha destinado para que
conozcas su voluntad, veas al Justo y escuches la voz de sus labios,

15 pues le has de ser testigo ante todos los hombres de lo que has visto
y oído.

16 Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus
pecados invocando su nombre.”

17 «Habiendo vuelto a Jerusalén y estando en oración en el Templo,
caí en éxtasis;

18 y le vi a él que me decía: “Date prisa y marcha inmediatamente de
Jerusalén, pues no recibirán tu testimonio acerca de mí.”

19 Yo respondí: “Señor, ellos saben que yo andaba por las sinagogas
encarcelando y azotando a los que creían en ti;

20 y cuando se derramó la sangre de tu testigo Esteban, yo también
me hallaba presente, y estaba de acuerdo con los que le mataban y guardaba
sus vestidos.”

21 Y me dijo: “Marcha, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles”.»