Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 5, 20-32

20 «Id, presentaos en el Templo y decid al pueblo todo lo referente a
esta Vida.»


21 Obedecieron, y al amanecer entraron en el Templo y se pusieron a
enseñar. Llegó el Sumo Sacerdote con los suyos, convocaron el Sanedrín y
todo el Senado de los hijos de Israel, y enviaron a buscarlos a la cárcel.

22 Cuando llegaron allí los alguaciles, no los encontraron en la
prisión; y volvieron a darles cuenta

23 y les dijeron: «Hemos hallado la cárcel cuidadosamente cerrada y
los guardias firmes ante las puertas; pero cuando abrimos, no encontramos
a nadie dentro.»

24 Cuando oyeron esto, tanto el jefe de la guardia del Templo como
los sumos sacerdotes se preguntaban perplejos qué podía significar aquello.

25 Se presentó entonces uno que les dijo: «Mirad, los hombres que
pusisteis en prisión están en el Templo y enseñan al pueblo.»

26 Entonces el jefe de la guardia marchó con los alguaciles y les trajo,
pero sin violencia, porque tenían miedo de que el pueblo les apedrease.

27 Les trajeron, pues, y les presentaron en el Sanedrín. El Sumo
Sacerdote les interrogó

28 y les dijo: «Os prohibimos severamente enseñar en ese nombre, y
sin embargo vosotros habéis llenado Jerusalén con vuestra doctrina y
queréis hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre.»

29 Pedro y los apóstoles contestaron: «Hay que obedecer a Dios antes
que a los hombres.

30 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros disteis
muerte colgándole de un madero.

31 A éste le ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador,
para conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados.

32 Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo
que ha dado Dios a los que le obedecen.»