Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Isaías 30, 1-15

1 ¡Ay de los hijos rebeldes - oráculo de Yahveh - para ejecutar planes,
que no son míos, y para hacer libaciones de alianza, mas no a mi
aire,
amontonando pecado sobre pecado!

2 Los que bajan a Egipto sin consultar a mi boca, para buscar apoyo
en la fuerza de Faraón y ampararse a la sombra de Egipto.

3 La fuerza del Faraón se os convertirá en vergüenza, y el amparo de
la sombra de Egipto, en confusión.

4 Cuando estuvieron en Soán sus jefes, y cuando sus emisarios
llegaron a Janés,

5 todos llevaron presentes a un pueblo que les será inútil, a un pueblo
que no sirve de ayuda - ni de utilidad - sino de vergüenza y de oprobio.

6 Oráculo sobre los animales del Négueb. Por tierra de angustia y
aridez, de leona y de león rugiente, de áspid y dragón volador,
llevan a
lomos de pollinos su riqueza, y sobre jiba de camellos sus tesoros hacia un
pueblo que no les será útil,

7 a Egipto, cuyo apoyo es huero y vano. Por eso he llamado a ese
pueblo «Ráhab la cesante.»

8 Ahora ven, escríbelo en una tablilla, grábalo en un libro, y que dure
hasta el último día, para testimonio hasta siempre:

9 Que es un pueblo terco, criaturas hipócritas, hijos que no aceptan
escuchar la instrucción de Yahveh;

10 que han dicho a los videntes: «No veáis»; y a los visionarios: «No
veáis para nosotros visiones verdaderas; habladnos cosas
halagüeñas,
contemplad ilusiones.

11 Apartaos del camino, desviaos de la ruta, dejadnos en paz del Santo
de Israel.»

12 Por tanto, así dice el Santo de Israel: Por cuanto habéis rechazado
vosotros esta palabra, y por cuanto habéis fiado en lo torcido y perverso y
os habéis apoyado en ello,

13 por eso será para vosotros esta culpa como brecha ruinosa en una
alta muralla, cuya quiebra sobrevendrá de un momento a otro,

14 y va a ser su quiebra como la de una vasija de alfarero, rota
sin
compasión, en la que al romperse no se encuentra una sola tejoleta bastante
grande para tomar fuego del hogar o para extraer agua del aljibe.


15 Porque así dice el Señor Yahveh, el Santo de Israel: «Por la
conversión y calma seréis liberados, en el sosiego y seguridad estará vuestra
fuerza.» Pero no aceptasteis,