Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Isaías 47, 3-13

3 Descubre tu desnudez y se vean tus vergüenzas. Voy a vengarme y
nadie intervendrá.

4 Nuestro redentor, cuyo nombre es Yahveh Sebaot, el Santo de Israel,

dice:


5 Siéntate en silencio y entra en la tiniebla, hija de los caldeos, que ya
no se te volverá a llamar señora de reinos.

6 Irritado estaba yo contra mi pueblo, había profanado mi heredad y
en tus manos los había entregado; pero tú no tuviste piedad de ellos; hiciste
caer pesadamente tu yugo sobre el anciano.

7 Tú decías: «Seré por siempre la señora eterna.» No has meditado
esto en tu corazón no te has acordado de su fin.

8 Pero ahora, voluptuosa, escucha esto, tú que te sientas en seguro y te
dices en tu corazón: «¡Yo, y nadie más! No seré viuda, ni sabré lo que es
carecer de hijos.»

9 Estas dos desgracias vendrán sobre ti en un instante, en el mismo
día. Carencia de hijos y viudez caerán súbitamente sobre ti, a pesar de tus
numerosas hechicerías y del poder de tus muchos sortilegios.

10 Te sentías segura en tu maldad, te decías: «Nadie me ve.» Tu
sabiduría y tu misma ciencia te han desviado. Dijiste en tu corazón: «¡Yo, y
nadie más!»

11 Vendrá sobre ti una desgracia que no sabrás conjurar; caerá sobre ti
un desastre que no podrás evitar. Vendrá sobre ti súbitamente
una
devastación que no sospechas.

12 ¡Quédate, pues, con tus sortilegios y tus muchas hechicerías con
que te fatigas desde tu juventud! ¿Te podrán servir de algo? ¿Acaso harás
temblar?

13 Te has cansado de tus planes. Que se presenten, pues, y que te
salven los que describen los cielos, los que observan las estrellas y hacen
saber, en cada mes, lo que te sucederá.