Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Isaías 49, 1-8

1 ¡Oídme, islas, atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno
materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.

2 Hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me
escondió; hízome como saeta aguda, en su carcaj me guardó.

3 Me dijo: «Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré.»

4 Pues yo decía: «Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi
vigor he gastado. ¿De veras que Yahveh se ocupa de mi causa, y mi Dios de
mi trabajo?»


5 Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno
para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una.
Mas yo era glorificado a los ojos de Yahveh, mi Dios era mi fuerza.

6 «Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob,
y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las
gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.»

7 Así dice Yahveh, el que rescata a Israel, el Santo suyo, a aquel cuya
vida es despreciada, y es abominado de las gentes, al esclavo de los
dominadores: Veránlo reyes y se pondrán en pie, príncipes y se postrarán
por respeto a Yahveh, que es leal, al Santo de Israel, que te ha elegido.

8 Así dice Yahveh: En tiempo favorable te escucharé, y en día nefasto
te asistiré. Yo te formé y te he destinado a ser alianza del
pueblo, para
levantar la tierra, para repartir las heredades desoladas,