Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Isaías 5, 3-24

3 Ahora, pues, habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, venid a
juzgar entre mi viña y yo:

4 ¿Qué más se puede hacer ya a mi viña, que no se lo haya hecho yo?

Yo esperaba que diese uvas. ¿Por qué ha dado agraces?

5 Ahora, pues, voy a haceros saber, lo que hago yo a mi viña: quitar su
seto, y será quemada; desportillar su cerca, y será pisoteada.

6 Haré de ella un erial que ni se pode ni se escarde. crecerá la zarza y
el espino, y a las nubes prohibiré llover sobre ella.

7 Pues bien, viña de Yahveh Sebaot es la Casa de Israel, y los
hombres de Judá son su plantío exquisito. Esperaba de ellos justicia, y hay
iniquidad; honradez, y hay alaridos.

8 ¡Ay, los que juntáis casa con casa, y campo a campo anexionáis,
hasta ocupar todo el sitio y quedaros solos en medio del país!

9 Así ha jurado a mis oídos Yahveh Sebaot: «¡Han de quedar desiertas
muchas casas; grandes y hermosas, pero sin moradores!

10 Porque diez yugadas de viña darán sólo una medida, y una carga de
simiente producirá una medida.»

11 ¡Ay, los que despertando por la mañana andan tras el licor; los que
trasnochan, encandilados por el vino!

12 Sólo hay arpas y cítaras, pandero y flauta en sus libaciones, y no
contemplan la obra de Yahveh, no ven la acción de sus manos.

13 Por eso fue deportado mi pueblo sin sentirlo, sus notables estaban
muertos de hambre, y su plebe se resecaba de sed.

14 Por eso ensanchó el seol su seno dilató su boca sin medida, y a él
baja su nobleza y su plebe y su turba gozosa.

15 Se humilla el hombre, se abaja el varón, los ojos de los altivos son
abajados;

16 es ensalzado Yahveh Sebaot en juicio, el Dios Santo muestra su
santidad por su justicia.

17 Pacerán los corderos como en su pastizal, y entre las ruinas gordos
cabritos ramonearán.

18 ¡Ay, los que arrastran la culpa con coyundas de engaños y el
pecado como con bridas de novilla!


19 Los que dicen: «¡Listo, apresure su acción, de modo que la
veamos. Acérquese y venga el plan del Santo de Israel, y que lo sepamos!»

20 ¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad
por luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo!

21 ¡Ay, los sabios a sus propios ojos, y para sí mismos discretos!

22 ¡Ay, los campeones en beber vino, los valientes para escanciar


licor,

23 los que absuelven al malo por soborno y quitan al justo su derecho.
24 Tal devora las espigas una lengua de fuego y el heno en llamas se

derrumba: la raíz de ellos será como podre, y su flor subirá como
tamo.
Pues recusaron la enseñanza de Yahveh Sebaot y despreciaron el dicho del
Santo de Israel.