Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 10, 1-13

1 Oíd la palabra que os dedica Yahveh, oh casa de Israel.

2 Así dice Yahveh: Al proceder de los gentiles no os habituéis, ni de
los signos celestes os espantéis. ¡Que se espanten de ellos los gentiles!

3 Porque las costumbres de los gentiles son vanidad: un madero del
bosque, obra de manos del maestro que con el hacha lo cortó,

4 con plata y oro lo embellece, con clavos y a martillazos se lo sujeta
para que no se menee.

5 Son como espantajos de pepinar, que ni hablan. Tienen que ser
transportados, porque no andan. No les tengáis miedo, que no hacen ni bien
ni mal.

6 No hay como tú, Yahveh; grande eres tú, y grande tu Nombre en
poderío.

7 ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? Porque a ti se te debe eso.
Porque entre todos los sabios de las naciones y entre todos sus
reinos no
hay nadie como tú.

8 Todos a la par son estúpidos y necios: lección de madera la que dan
los ídolos.

9 Plata laminada, de Tarsis importada, y oro de Ofir; hechura de
maestro y de manos de platero (de púrpura violeta y escarlata es su vestido):
todos son obra de artistas.

10 Pero Yahveh es el Dios verdadero; es el Dios vivo y el Rey eterno.
Cuando se irrita, tiembla la tierra, y no aguantan las
naciones su
indignación.

11 (Así les diréis: «Los dioses que no hicieron el cielo ni la
tierra,
perecerán de la tierra y de debajo del cielo.»)

12 El es quien hizo la tierra con su poder, el que estableció el orbe con
su saber, y con su inteligencia expandió los cielos.

13 Cuando da voces, hay estruendo de aguas en los cielos, y hace
subir las nubes desde el extremo de la tierra. El hace los relámpagos para la
lluvia y saca el viento de sus depósitos.