Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 31, 6-24

6 Pues habrá un día en que griten los centinelas en la montaña de
Efraím: «¡Levantaos y subamos a Sión, adonde Yahveh, el Dios nuestro!»

7 Pues así dice Yahveh: Dad hurras por Jacob con alegría, y gritos por
la capital de las naciones; hacedlo oír, alabad y decid: «¡Ha salvado Yahveh
a su pueblo, al Resto de Israel!»

8 Mirad que yo los traigo del país del norte, y los recojo de los
confines de la tierra. Entre ellos, el ciego y el cojo, la preñada y la parida a
una. Gran asamblea vuelve acá.


9 Con lloro vienen y con súplicas los devuelvo, los llevo a arroyos de
agua por camino llano, en que no tropiecen. Porque yo soy para Israel un
padre, y Efraím es mi primogénito.

10 Oíd la palabra de Yahveh, naciones, y anunciad por las islas a lo
lejos, y decid: «El que dispersó a Israel le reunirá y le guardará
cual un
pastor su hato.»

11 Porque ha rescatado Yahveh a Jacob, y le ha redimido de la mano
de otro más fuerte.

12 Vendrán y darán hurras en la cima de Sión y acudirán al regalo de
Yahveh: al grano, al mosto, y al aceite virgen, a las crías de
ovejas y de
vacas, y será su alma como huerto empapado, no volverán a estar ya
macilentos.

13 Entonces se alegrará la doncella en el baile, los mozos y los viejos
juntos, y cambiaré su duelo en regocijo, y les consolaré y alegraré
de su
tristeza;

14 empaparé el alma de los sacerdotes de grasa, y mi pueblo de mi
regalo se hartará - oráculo de Yahveh -.

15 Así dice Yahveh: En Ramá se escuchan ayes, lloro amarguísimo.
Raquel que llora por sus hijos, que rehúsa consolarse - por sus
hijos -
porque no existen.

16 Así dice Yahveh: Reprime tu voz del lloro y tus ojos del llanto,
porque hay paga para tu trabajo - oráculo de Yahveh -: volverán de tierra
hostil,

17 y hay esperanza para tu futuro - oráculo de Yahveh -: volverán los
hijos a su territorio.

18 Bien he oído a Efraím lamentarse: «Me corregiste y corregido fui,
cual becerro no domado. Hazme volver y volveré, pues tú, Yahveh, eres mi
Dios.

19 Porque luego de desviarme, me arrepiento, y luego de darme
cuenta, me golpeo el pecho, me avergüenzo y me confundo luego, porque
aguanto el oprobio de mi mocedad.»

20 ¿Es un hijo tan caro para mí Efraím, o niño tan mimado, que tras
haberme dado tanto que hablar, tenga que recordarlo todavía? Pues, en
efecto, se han conmovido mis entrañas por él; ternura hacia él no
ha de
faltarme - oráculo de Yahveh -.

21 Plántate hitos, ponte jalones de ruta, presta atención a la calzada al
camino que anduviste. Vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas ciudades.

22 ¿Hasta cuándo darás rodeos, oh díscola muchacha? Pues ha creado
Yahveh una novedad en la tierra: la Mujer ronda al Varón.

23 Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: Todavía dirán este
refrán en tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver
a sus
cautivos: «¡Bendígate Yahveh, oh estancia justa, oh monte santo!»

24 Y morarán allí Judá y todas sus ciudades juntamente, los labradores
y los que trashuman con el rebaño,