Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 4, 25-31

25 Miré, y he aquí que no había un alma, y todas las aves del cielo se
habían volado.

26 Miré, y he aquí que el vergel era yermo, y todas las ciudades
estaban arrasadas delante de Yahveh y del ardor de su ira.

27 Porque así dice Yahveh: Desolación se volverá toda la tierra,
aunque no acabaré con ella.

28 Por eso ha de enlutarse la tierra, y se oscurecerán los cielos arriba;
pues tengo resuelta mi decisión y no me pesará ni me volveré atrás de ella.

29 Al ruido de jinetes y flecheros huía toda la ciudad. Se metían por
los bosques y trepaban por las peñas. Toda ciudad quedó abandonada, sin
quedar en ellas habitantes.

30 Y tú, asolada, ¿qué vas a hacer? Aunque te vistas de grana, aunque
te enjoyes con joyel de oro, aunque te pintes con polvos los ojos, en vano te
hermoseas: te han rechazado tus amantes: ¡tu muerte es lo que buscan!

31 Y entonces oí una voz como de parturienta, gritos como de
primeriza: era la voz de la hija de Sión, que gimiendo extendía sus palmas:

«¡Ay, pobre de mí, que mi alma desfallece a manos de asesinos!»