Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 46, 13-27

13 La palabra que habló Yahveh al profeta Jeremías acerca de la
venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para atacar a Egipto.

14 Anunciad en Egipto y hacedlo oír en Migdol, y hacedlo en Nof y
en Tafnis. Decid: Tente tieso y erguido, que ha devorado la espada
tus
contornos.

15 ¡Cómo es que ha huido Apis y tu forzudo no se ha sostenido! Es
que Yahveh le empujó.

16 Hizo menudear los tropezones, hasta hacer caer al uno sobre el
otro; y decía: «Arriba, y volvamos a nuestro pueblo y a nuestra patria, ante
la espada irresistible.»

17 Llamad a Faraón, rey de Egipto: «Ruido. - Dejó pasar la ocasión.»
18 ¡Por vida mía! - oráculo del Rey cuyo nombre es Yahveh Sebaot -

que cual el Tabor entre los montes, y como el Carmelo sobre el mar ha de
venir.

19 Avíos de destierro haz para ti, población, hija de Egipto, porque
Nof parará en desolación, y quedará arrasada sin habitantes.

20 Novilla hermosísima era Egipto: un tábano del norte vino sobre

ella.

21 Asimismo sus mercenarios que había en ella eran como novillos de

engorde. Pues también ellos volvieron la cara, huyeron a una, sin pararse,
cuando el día de su infortunio les sobrevino, el tiempo de su castigo.

22 Una voz emite como de serpiente que silba, mientras en torno suyo
andan y con hachas le acometen, como leñadores.

23 Talaron su selva - oráculo de Yahveh - porque era impenetrable,
pues eran más numerosos que la langosta, y no se les podía contar.

24 Han puesto en vergüenza a la hija de Egipto: ha sido entregada al
pueblo del norte.

25 Dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: He aquí que yo visito a
Amón de No, a Faraón y a Egipto y a sus dioses y reyes, a Faraón y a los
que confían en él,

26 y los pongo en manos de los que buscan su muerte, en manos de
Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de sus siervos; tras de
lo
cual será repoblado como antaño - oráculo de Yahveh.


27 Pero tú no temas, siervo mío Jacob, ni desmayes, Israel, pues mira
que yo acudo a salvarte desde lejos y a tu linaje del país de su cautiverio;
volverá Jacob, se sosegará y estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete.