Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 46, 6-25

6 No huirá el ligero, ni escapará el valiente: al norte, a la
orilla del
Eufrates, tropezaron y cayeron.

7 ¿Quién es ése que como el Nilo sube, y como los ríos
de
entrechocantes aguas?


8 Egipto como el Nilo sube, y como ríos de entrechocantes aguas. Y
dice: «Voy a subir, voy a cubrir la tierra. Haré perecer a la ciudad y a los
que viven en ella.

9 Subid, caballos, y enfureceos, carros, y salgan los valientes de Kus y
de Put que manejan escudo, y los ludios que asestan el arco.»

10 Aquel día será para el Señor Yahveh, día de venganza para
vengarse de sus adversarios. Devorará la espada y se hartará y se abrevará
de su sangre; pues será la matanza de Yahveh Sebaot en la tierra del norte,
cabe el río Eufrates.

11 Sube a Galaad y recoge bálsamo, virgen, hija de Egipto; en vano
menudeas las curas: alivio no hay para ti.

12 Han oído las naciones tu deshonra, y tu alarido llenó la tierra,
porque valiente contra valiente tropezaron, a una cayeron entrambos.

13 La palabra que habló Yahveh al profeta Jeremías acerca de la
venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para atacar a Egipto.

14 Anunciad en Egipto y hacedlo oír en Migdol, y hacedlo en Nof y
en Tafnis. Decid: Tente tieso y erguido, que ha devorado la espada
tus
contornos.

15 ¡Cómo es que ha huido Apis y tu forzudo no se ha sostenido! Es
que Yahveh le empujó.

16 Hizo menudear los tropezones, hasta hacer caer al uno sobre el
otro; y decía: «Arriba, y volvamos a nuestro pueblo y a nuestra patria, ante
la espada irresistible.»

17 Llamad a Faraón, rey de Egipto: «Ruido. - Dejó pasar la ocasión.»
18 ¡Por vida mía! - oráculo del Rey cuyo nombre es Yahveh Sebaot -

que cual el Tabor entre los montes, y como el Carmelo sobre el mar ha de
venir.

19 Avíos de destierro haz para ti, población, hija de Egipto, porque
Nof parará en desolación, y quedará arrasada sin habitantes.

20 Novilla hermosísima era Egipto: un tábano del norte vino sobre

ella.

21 Asimismo sus mercenarios que había en ella eran como novillos de

engorde. Pues también ellos volvieron la cara, huyeron a una, sin pararse,
cuando el día de su infortunio les sobrevino, el tiempo de su castigo.

22 Una voz emite como de serpiente que silba, mientras en torno suyo
andan y con hachas le acometen, como leñadores.

23 Talaron su selva - oráculo de Yahveh - porque era impenetrable,
pues eran más numerosos que la langosta, y no se les podía contar.

24 Han puesto en vergüenza a la hija de Egipto: ha sido entregada al
pueblo del norte.

25 Dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: He aquí que yo visito a
Amón de No, a Faraón y a Egipto y a sus dioses y reyes, a Faraón y a los
que confían en él,