Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 51, 48-63

48 Y harán corro contra Babilonia cielos y tierra y todo cuanto hay en
ellos, cuando del norte lleguen los devastadores - oráculo de Yahveh -.

49 También Babilonia caerá, oh heridos de Israel. También por
Babilonia cayeron los heridos de toda la tierra.

50 Escapados de la espada, andad, no os paréis, recordad desde lejos a
Yahveh, y que Jerusalén os venga en mientes.

51 - «Quedamos abochornados al oír tal afrenta; cubrió la vergüenza
nuestros rostros. ¡Habían penetrado extranjeros hasta los santuarios de
la
Casa de Yahveh!»

52 - Pues bien, mirad que vienen días - oráculo de Yahveh - en que
visitaré a sus ídolos, y en todo su territorio se quejarán los heridos.

53 Aunque suba Babilonia a los cielos y encastille en lo alto su poder,
de mi parte llegarán saqueadores hasta ella - oráculo de Yahveh -.

54 Suenan gritos de socorro desde Babilonia, y un fragor desde
Caldea.

55 Es que devasta Yahveh a Babilonia, apaga de ella el gran ruido, y
mugen sus olas como las de alta mar, cuyo son es estruendoso.

56 Es que viene sobre ella, sobre Babilonia el devastador, van a ser
apresados sus valientes, se han aflojado sus arcos. Porque Dios retribuidor
es Yahveh: cierto pagará.

57 Yo embriagaré a sus jefes y a sus sabios, a sus gobernadores y a
sus magistrados y a sus valientes, y dormirán un sueño eterno y no
se
despertarán - oráculo del Rey cuyo nombre es Yahveh Sebaot -.

58 Así dice Yahveh Sebaot: Aquella ancha muralla de Babilonia ha de
ser socavada, y aquellas sus altas puertas con fuego han de ser quemadas, y
se habrán fatigado pueblos para nada, y naciones para el fuego se
habrán
cansado.


59 Orden que dio el profeta Jeremías a Seraías, hijo de Neriyías, hijo
de Majseías, al partir éste de junto a Sedecías, rey de Judá, para Babilonia el
año cuarto de su reinado, siendo Seraías jefe de etapas.

60 Escribió, pues, Jeremías todo el mal que había de sobrevenir a
Babilonia en un libro - todas estas palabras arriba escritas acerca
de
Babilonia -

61 y dijo Jeremías a Seraías: «En llegando tú a Babilonia, mira de leer
en voz alta todas estas palabras,

62 y dirás: “Yahveh, tú has hablado respecto a este lugar, de destruirlo
sin que haya en él habitante, ya sea persona o animal, sino que soledad por
siempre será.”

63 Luego, en acabando tú de leer en voz alta ese libro, atas a él una
piedra y lo arroja al Eufrates,