Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 8, 10-17

10 Así que yo daré sus mujeres a otros, sus campos a nuevos amos,
porque del más chiquito al más grande todos andan buscando su provecho,
y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el fraude.

11 Han curado el quebranto de la hija de mi pueblo a la ligera,
diciendo: «¡Paz, paz!», cuando no había paz.

12 ¿Se avergonzaron de las abominaciones que hicieron?

¡Avergonzarse, no se avergonzaron; sonrojarse, tampoco supieron! Por
tanto caerán con los que cayeren; tropezarán cuando se les visite -
dice
Yahveh -.

13 Quisiera recoger de ellos alguna cosa - oráculo de Yahveh - pero
no hay racimos en la vid ni higos en la higuera, y están mustias sus hojas.
Es que yo les he dado quien les despoje.

14 - «¿Por qué nos quedamos tranquilos? ¡Juntaos, vamos a las plazas
fuertes para enmudecer allí, pues Yahveh nuestro Dios nos hace morir y nos
propina agua envenenada, porque hemos pecado contra Yahveh!

15 Esperábamos paz, y no hubo bien alguno; el tiempo de la cura, y se
presenta el miedo.

16 Desde Dan se deja oír. el resuello de sus caballos. Al relincho
sonoro de sus corceles tembló la tierra toda. Vendrán y comerán el país y
sus bienes, la ciudad y sus habitantes.»

17 - Sí, he aquí que yo envío contra vosotros sierpes venenosas contra
las que no existe encantamiento, y os picarán - oráculo de Yahveh -.