Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Job 19, 22-29

22 ¿Por qué os cebáis en mí como hace Dios, y no os sentís ya ahítos
de mi carne?

23 ¡Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá en monumento se
grabaran,

24 y con punzón de hierro y buril, para siempre en la roca se
esculpieran!

25 Yo sé que mi Defensor está vivo, y que él, el último, se levantará
sobre el polvo.

26 Tras mi despertar me alzará junto a él, y con mi propia carne veré a

Dios.

27 Yo, sí, yo mismo le veré, mis ojos le mirarán, no ningún otro.

¡Dentro de mí languidecen mis entrañas!

28 Y si vosotros decís: «¿Cómo atraparle, qué pretexto hallaremos
contra él?»,

29 temed la espada por vosotros mismos, pues la ira se encenderá
contra las culpas y sabréis que hay un juicio.