Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Job 31, 29-40

29 ¿Del infortunio de mi enemigo me alegré, me gocé de que el mal le
alcanzara?

30 ¡Yo que no permitía a mi lengua pecar reclamando su vida con una
maldición!

31 ¿No decían las gentes de mi tienda: «¿Hay alguien que no se haya
hartado con su carne?»


32 El forastero no pernoctaba a la intemperie, tenía abierta mi puerta
al caminante.

33 ¿He disimulado mis culpas a los hombres, ocultando en mi seno mi
pecado,

34 porque temiera el rumor público, o el desprecio de las gentes me
asustara, hasta quedar callado sin atreverme a salir mi puerta?

35 ¡Oh! ¿quién hará que se me escuche? Esta es mi última palabra:

¡respóndame Sadday! El libelo que haya escrito mi adversario

36 pienso llevarlo sobre mis espaldas, ceñírmelo igual que una
diadema.

37 Del número de mis pasos voy a rendirle cuentas, como un príncipe
me llegaré hasta él.

38 Si mi tierra grita contra mí, y sus surcos lloran con ella,

39 si he comido sus frutos sin pagarlos y he hecho expirar a sus
dueños,

40 ¡en vez de trigo broten en ella espinas, y en lugar de cebada hierba
hedionda! Fin de las palabras de Job.