Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Josué 24, 2-31

2 Josué dijo a todo el pueblo: «Esto dice Yahveh el Dios de Israel: Al
otro lado del Río habitaban antaño vuestros padres, Téraj,
padre de
Abraham y de Najor, y servían a otros dioses.

3 Yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del Río y le hice
recorrer toda la tierra de Canaán, multipliqué su descendencia y le
di por
hijo a Isaac.

4 A Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la
montaña de Seír. Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.

5 Envié después a Moisés y Aarón y herí a Egipto con los prodigios
que obré en medio de él. Luego os saqué de allí.

6 Saqué a vuestros padres de Egipto y llegasteis al mar; los egipcios
persiguieron a vuestros padres con los carros y sus guerreros hasta el mar
de Suf.

7 Clamaron entonces a Yahveh, el cual tendió unas densas nieblas
entre vosotros y los egipcios, e hizo volver sobre ellos el mar,
que los
cubrió. Visteis con vuestros propios ojos lo que hice con Egipto;
luego
habitasteis largo tiempo en el desierto.

8 Os introduje después en la tierra de los amorreos, que habitaban al
otro lado del Jordán; ellos os declararon la guerra y yo los
entregué en
vuestras manos; y así pudisteis poseer su tierra, porque yo los
exterminé
delante de vosotros.

9 Después se levantó Balaq, hijo de Sippor, rey de Moab, para pelear
contra Israel, y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, para que os maldijera.


10 Pero no quise escuchar a Balaam, y hasta tuvo que bendeciros; así
os salvé yo de su mano.

11 «Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó; pero las gentes de Jericó
os hicieron la guerra, igual que los amorreos, los perizitas, los cananeos, los
hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos, pero yo los
entregué en
vuestras manos.

12 Mandé delante de vosotros avispas que expulsaron, antes que
llegarais, a los dos reyes de los amorreos; no fue con tu espada ni con tu
arco.

13 Os he dado una tierra que no os ha costado fatiga, unas ciudades
que no habéis construido y en las que sin embargo habitáis, viñas y olivares
que no habéis plantado y de las que os alimentáis.

14 «Ahora, pues, temed a Yahveh y servidle perfectamente, con
fidelidad; apartaos de los dioses a los que sirvieron vuestros
padres más
allá del Río y en Egipto y servid a Yahveh.

15 Pero, si no os parece bien servir a Yahveh, elegid hoy a quién
habéis de servir, o a los dioses a quienes servían vuestros padres más allá
del Río, o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis ahora. Yo y mi
familia serviremos a Yahveh.»

16 El pueblo respondió: «Lejos de nosotros abandonar a Yahveh para
servir a otros dioses.

17 Porque Yahveh nuestro Dios es el que nos hizo subir, a nosotros y
a nuestros padres, de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, y el que
delante de nuestros ojos obró tan grandes señales y nos guardó por todo el
camino que recorrimos y en todos los pueblos por los que pasamos.

18 Además Yahveh expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos
y a los amorreos que habitaban en el país. También nosotros serviremos a
Yahveh, porque él es nuestro Dios.»

19 Entonces Josué dijo al pueblo: «No podréis servir a Yahveh,
porque es un Dios santo, es un Dios celoso, que no perdonará ni vuestras
rebeldías ni vuestros pecados.

20 Si abandonáis a Yahveh para servir a los dioses del extranjero, él a
su vez traerá el mal sobre vosotros y acabará con vosotros, después
de
haberos hecho tanto bien.»

21 El pueblo respondió a Josué: «No; nosotros serviremos a Yahveh.»

22 Josué dijo al pueblo: «Vosotros sois testigos contra vosotros
mismos de que habéis elegido a Yahveh para servirle.» Respondieron ellos:

«¡Testigos somos!» -

23 «Entonces, apartad los dioses del extranjero que hay en medio de
vosotros e inclinad vuestro corazón hacia Yahveh, Dios de Israel.»

24 El pueblo respondió a Josué: «A Yahveh nuestro Dios serviremos y
a sus voz atenderemos.»

25 Aquél día, Josué pactó una alianza para el pueblo; le impuso
decretos y normas en Siquem.


26 Josué escribió estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Tomó
luego una gran piedra y la plantó allí, al pie de la encina que
hay en el
santuario de Yahveh.

27 Josué dijo al todo el pueblo: «Mirad, esta piedra será testigo contra
nosotros, pues ha oído todas las palabras que Yahveh ha hablado con
nosotros; ella será testigo contra vosotros para que no reneguéis de vuestro
Dios.»

28 Y Josué despidió al pueblo cada uno a su heredad.

29 Después de estos acontecimientos, murió Josué, hijo de Nun,
siervo de Yahveh, a la edad de 110 años.

30 Fue enterrado en el término de su heredad, en Timnat Séraj, que
está en la montaña de Efraím, al norte del monte Gaás.

31 Israel sirvió a Yahveh todos los días de Josué y todos los días de
los ancianos que siguieron viviendo después de Josué y que sabían todas
las hazañas que Yahveh había hecho en favor de Israel.