Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Juan 10, 22-32

22 Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era
invierno.

23 Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón.

24 Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas tenernos en
vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.»

25 Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las
obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí;

26 pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas.


27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.

28 Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará
de mi mano.

29 El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie
puede arrebatar nada de la mano del Padre.

30 Yo y el Padre somos uno.»

31 Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle.

32 Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he
mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?»