Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Juan 13, 3-37

3 sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había
salido de Dios y a Dios volvía,

4 se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se
la ciñó.

5 Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de
los
discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.

6 Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los
pies?»

7 Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo
comprenderás más tarde.»

8 Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le respondió:

«Si no te lavo, no tienes parte conmigo.»

9 Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos
y la cabeza.»

10 Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del
todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.»

11 Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis
limpios
todos.»

12 Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa,
y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?

13 Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien,
porque lo soy.

14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros
también debéis lavaros los pies unos a otros.

15 Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis
como yo he hecho con vosotros.

16 «En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni
el enviado más que el que le envía.

17 «Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís.

18 No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido;
pero tiene que cumplirse la Escritura: = El que come mi pan ha
alzado
contra mí su talón. =

19 «Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando
suceda, creáis que Yo Soy.


20 En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me
acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado.»

21 Cuando dijo estas palabras, Jesús se turbó en su interior y declaró:

«En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará.»

22 Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba.
23 Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado

de Jesús.

24 Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está
hablando.»

25 El, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién

es?»

26 Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a

mojar.» Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón
Iscariote.

27 Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo
que vas a hacer, hazlo pronto.»

28 Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía.

29 Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería
decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los
pobres.

30 En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.

31 Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del
hombre y Dios ha sido glorificado en él.

32 Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí
mismo y le glorificará pronto.»

33 «Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me
buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo
voy,
vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros.

34 Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros.
Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los
otros.

35 En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor
los unos a los otros.»

36 Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?» Jesús le respondió:

«Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde.»

37 Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida
por ti.»