Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Juan 21, 4-25

4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús.

5 Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron:

«No.»

6 El les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces.

7 El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el
Señor», se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar.

8 Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los
peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos.

9 Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre
ellas y pan.

10 Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.»
11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes:

ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red.

12 Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se
atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor.

13 Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el

pez.

14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos

después de resucitar de entre los muertos.

15 Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de
Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes
que te
quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.»

16 Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le
dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis
ovejas.»

17 Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se
entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le
dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice
Jesús:

«Apacienta mis ovejas.

18 «En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te
ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo,
extenderás tus
manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.»

19 Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a
Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

20 Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a quién Jesús
amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y
le
había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»

21 Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?»

22 Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga,

¿qué te importa? Tú, sígueme.»


23 Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no
moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: « No morirá», sino: «Si quiero
que se quede hasta que yo venga.»

24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha
escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.

25 Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran
una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros
que se escribieran.