Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Juan 7, 23-52

23 Si se circuncida a un hombre en sábado, para no quebrantar la Ley
de Moisés, ¿os irritáis contra mí porque he curado a un hombre entero en
sábado?

24 No juzguéis según la apariencia. Juzgad con juicio justo.»

25 Decían algunos de los de Jerusalén: «¿No es a ése a quien quieren
matar?

26 Mirad cómo habla con toda libertad y no le dicen nada. ¿Habrán
reconocido de veras las autoridades que este es el Cristo?

27 Pero éste sabemos de dónde es, mientras que, cuando venga el
Cristo, nadie sabrá de dónde es.»

28 Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: «Me
conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta;
sino que verdaderamente me envía el que me envía; pero vosotros no
le
conocéis.

29 Yo le conozco, porque vengo de él y él es el que me ha enviado.»
30 Querían, pues, detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía

no había llegado su hora.

31 Y muchos entre la gente creyeron en él y decían: «Cuando venga el
Cristo, ¿hará más señales que las que ha hecho éste?»

32 Se enteraron los fariseos que la gente hacía estos comentarios
acerca de él y enviaron guardias para detenerle.

33 Entonces él dijo: «Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros,
y me voy al que me ha enviado.

34 Me buscaréis y no me encontraréis; y adonde yo esté, vosotros no
podéis venir.»

35 Se decían entre sí los judíos: «¿A dónde se irá éste que nosotros no
le podamos encontrar? ¿Se irá a los que viven dispersos entre los
griegos
para enseñar a los griegos?

36 ¿Qué es eso que ha dicho: “Me buscaréis y no me encontraréis”, y
“adonde yo esté, vosotros no podéis venir”?»

37 El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie,
gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba

38 el que crea en mí», como dice la Escritura: De su seno correrán ríos
de agua viva.

39 Esto lo decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que
creyeran en él. Porque aún no había Espíritu, pues todavía Jesús no había
sido glorificado.

40 Muchos entre la gente, que le habían oído estas palabras, decían:

«Este es verdaderamente el profeta.»

41 Otros decían: «Este es el Cristo.» Pero otros replicaban: «¿Acaso
va a venir de Galilea el Cristo?

42 ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de
David y de Belén, el pueblo de donde era David?»

43 Se originó, pues, una disensión entre la gente por causa de él.
44 Algunos de ellos querían detenerle, pero nadie le echó mano.


45 Los guardias volvieron donde los sumos sacerdotes y los fariseos.

Estos les dijeron: «¿Por qué no le habéis traído?»

46 Respondieron los guardias: «Jamás un hombre ha hablado como
habla ese hombre.»

47 Los fariseos les respondieron: «¿Vosotros también os habéis
dejado embaucar?

48 ¿Acaso ha creído en él algún magistrado o algún fariseo?
49 Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos.»

50 Les dice Nicodemo, que era uno de ellos, el que había ido
anteriormente donde Jesús:

51 «¿Acaso nuestra Ley juzga a un hombre sin haberle antes oído y
sin saber lo que hace?»

52 Ellos le respondieron: «¿También tú eres de Galilea? Indaga y
verás que de Galilea no sale ningún profeta.»