Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Juan 7, 30-40

30 Querían, pues, detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía

no había llegado su hora.

31 Y muchos entre la gente creyeron en él y decían: «Cuando venga el
Cristo, ¿hará más señales que las que ha hecho éste?»

32 Se enteraron los fariseos que la gente hacía estos comentarios
acerca de él y enviaron guardias para detenerle.

33 Entonces él dijo: «Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros,
y me voy al que me ha enviado.

34 Me buscaréis y no me encontraréis; y adonde yo esté, vosotros no
podéis venir.»

35 Se decían entre sí los judíos: «¿A dónde se irá éste que nosotros no
le podamos encontrar? ¿Se irá a los que viven dispersos entre los
griegos
para enseñar a los griegos?

36 ¿Qué es eso que ha dicho: “Me buscaréis y no me encontraréis”, y
“adonde yo esté, vosotros no podéis venir”?»

37 El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie,
gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba

38 el que crea en mí», como dice la Escritura: De su seno correrán ríos
de agua viva.

39 Esto lo decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que
creyeran en él. Porque aún no había Espíritu, pues todavía Jesús no había
sido glorificado.

40 Muchos entre la gente, que le habían oído estas palabras, decían:

«Este es verdaderamente el profeta.»