Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Judit 10, 10-23

10 Así lo hicieron ellos, y salió Judit con su sierva. Los hombres de la
ciudad la siguieron con la mirada mientras descendía por la ladera, hasta
que llegó al valle; y allí la perdieron de vista.

11 Avanzaron ellas a derecho por el valle, hasta que le salió al
encuentro una avanzada de los asirios,

12 que la detuvieron y preguntaron: «¿Quién eres? ¿De dónde vienes?

¿A dónde vas?» Ella respondió: «Hija de hebreos soy y huyo de ellos,
porque están a punto de ser devorados por vosotros.

13 Vengo a presentarme ante Holofernes, jefe de vuestro ejército,
para hablarle con sinceridad y mostrarle un camino por el que pueda pasar
para adueñarse de toda la montaña, sin que perezca ninguno de sus hombres
y sin que se pierda una sola vida».

14 Oyéndola hablar aquellos hombres, y viendo la admirable
hermosura de su rostro, le dijeron:

15 «Has salvado tu vida con tu decisión de bajar a presentarte ante
nuestro señor. Dirígete a su tienda, que algunos de los
nuestros te
acompañarán hasta ponerte en sus manos.

16 Cuando estés en su presencia, no tengas miedo; anúnciale tus
propósitos y él se portará bien contigo.»

17 Y eligieron entre ellos cien hombres que le dieran escolta a ella y a
su sierva y las llevaran hasta la tienda de Holofernes.

18 Habiéndose corrido por todas las tiendas la noticia de su llegada,
concurrió la gente del campamento, que hicieron corro en torno a
ella,
mientras esperaba, fuera de la tienda, que la anunciasen a Holofernes.

19 Se quedaban admirados de su belleza y, por ella, admiraban a los
israelitas, diciéndose unos a otros: «¿Quién puede menospreciar a un pueblo
que tiene mujeres como ésta? ¡Sería un error dejar con vida a uno solo de
ellos, porque los que quedaran, serían capaces de engañar a toda la tierra!»

20 Salieron, pues, los de la escolta personal de Holofernes y todos sus
servidores y la introdujeron en la tienda.

21 Estaba Holofernes descansando en su lecho, bajo colgaduras de
oro y púrpura recamadas de esmeraldas y piedras preciosas.

22 Se la anunciaron y él salió hasta la entrada de la tienda, precedido
de lámparas de plata.

23 Cuando Judit llegó ante Holofernes y sus ministros, todos se
maravillaron de la hermosura de su rostro. Cayó ella rostro en
tierra y se
postró ante él, pero los siervos la levantaron.