Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Judit 8, 16-29

16 Pero vosotros no exijáis garantías a los designios del Señor nuestro
Dios, porque Dios no se somete a las amenazas, como un hombre, ni se le
marca, como a un hijo de hombre, una línea de conducta.

17 Pidámosle más bien que nos socorra, mientras esperamos
confiadamente que nos salve. Y él escuchará nuestra súplica, si le
place
hacerlo.


18 «Verdad es que no hay en nuestro tiempo ni en nuestros días tribu,
familia, pueblo o ciudad de las nuestras que se postre ante dioses
hechos
por mano de hombre, como sucedió en otros tiempos,

19 en castigo de lo cual fueron nuestros padres entregados a la espada
y al saqueo, y sucumbieron desastradamente ante sus enemigos.

20 Pero nosotros no conocemos otro Dios que él, y en esto estriba
nuestra esperanza de que no nos mirará con desdén ni a nosotros
ni a
ninguno de nuestra raza.

21 «Porque si de hecho se apoderan de nosotros, caerá todo Judea;
nuestro santuario será saqueado y nosotros tendremos que responder de esta
profanación con nuestra propia sangre.

22 La muerte de nuestros hermanos, la deportación de esta tierra y la
devastación de nuestra heredad, caerá sobre nuestras cabezas, en medio de
las naciones en que estemos como esclavos y seremos para nuestros amos
escarnio y mofa,

23 ya que nuestra esclavitud no concluiría en benevolencia, sino que
el Señor nuestro Dios la convertiría en deshonra.

24 Ahora, pues, hermanos, mostremos a nuestros hermanos que su
vida depende de nosotros y que sobre nosotros se apoyan las cosas
sagradas, el Templo y el altar.

25 «Por todo esto, debemos dar gracias al Señor nuestro Dios que ha
querido probarnos como a nuestros padres.

26 Recordad lo que hizo con Abraham, las pruebas por que hizo pasar
a Isaac, lo que aconteció a Jacob en Mesopotamia de Siria, cuando
pastoreaba los rebaños de Labán, el hermano de su madre.

27 Como les puso a ellos en el crisol para sondear sus corazones, así
el Señor nos hiere a nosotros, los que nos acercamos a él, no para
castigarnos, sino para amonestarnos.»

28 Ozías respondió: «En todo cuanto has dicho, has hablado con recto
juicio y nadie podrá oponerse a tus razones,

29 ya que no has empezado hoy a dar muestras de tu sabiduría, sino
que de antiguo conoce todo el pueblo tu inteligencia y la bondad
de los
pensamientos que forma tu corazón.