Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Judit 8, 17-25

17 Pidámosle más bien que nos socorra, mientras esperamos
confiadamente que nos salve. Y él escuchará nuestra súplica, si le
place
hacerlo.


18 «Verdad es que no hay en nuestro tiempo ni en nuestros días tribu,
familia, pueblo o ciudad de las nuestras que se postre ante dioses
hechos
por mano de hombre, como sucedió en otros tiempos,

19 en castigo de lo cual fueron nuestros padres entregados a la espada
y al saqueo, y sucumbieron desastradamente ante sus enemigos.

20 Pero nosotros no conocemos otro Dios que él, y en esto estriba
nuestra esperanza de que no nos mirará con desdén ni a nosotros
ni a
ninguno de nuestra raza.

21 «Porque si de hecho se apoderan de nosotros, caerá todo Judea;
nuestro santuario será saqueado y nosotros tendremos que responder de esta
profanación con nuestra propia sangre.

22 La muerte de nuestros hermanos, la deportación de esta tierra y la
devastación de nuestra heredad, caerá sobre nuestras cabezas, en medio de
las naciones en que estemos como esclavos y seremos para nuestros amos
escarnio y mofa,

23 ya que nuestra esclavitud no concluiría en benevolencia, sino que
el Señor nuestro Dios la convertiría en deshonra.

24 Ahora, pues, hermanos, mostremos a nuestros hermanos que su
vida depende de nosotros y que sobre nosotros se apoyan las cosas
sagradas, el Templo y el altar.

25 «Por todo esto, debemos dar gracias al Señor nuestro Dios que ha
querido probarnos como a nuestros padres.