Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jueces 13, 5-23

5 Porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No pasará la navaja por
su cabeza, porque el niño será nazir de Dios desde el seno de su madre. El
comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos.»


6 La mujer fue a decírselo a su marido: «Un hombre de Dios ha
venido donde mí; su aspecto era como el del Ángel de Dios, muy terrible.
No le he preguntado de dónde venía ni él me ha manifestado su nombre.

7 Pero me ha dicho: “Vas a concebir y a dar a luz un hijo. En adelante
no bebas vino ni bebida fermentada y no comas nada impuro, porque
el
niño será nazir de Dios desde el seno de su madre hasta el día de
su
muerte.»

8 Manóaj invocó a Yahveh y dijo: «Te ruego, Señor, que el hombre de
Dios que has enviado venga otra vez donde nosotros y nos enseñe lo que
hemos de hacer con el niño cuando nazca.»

9 Dios escuchó a Manóaj y el Ángel de Dios vino otra vez donde la
mujer cuando estaba sentada en el campo. Manóaj, su marido, no estaba con
ella.

10 La mujer corrió enseguida a informar a su marido y le dijo: «Mira,
se me ha aparecido el hombre que vino donde mí el otro día.»

11 Manóaj se levantó y, siguiendo a su mujer, llegó donde el hombre
y le dijo: «¿Eres tú el que has hablado con esta mujer?» El respondió: «Yo
soy.»

12 Le dijo Manóaj: «Cuando tu palabra se cumpla ¿cuál deberá ser la
norma del niño y su conducta?»

13 El Ángel de Yahveh respondió a Manóaj: «Deberá abstenerse él de
todo lo que indiqué a esta mujer.

14 No probará nada de lo que procede de la viña, no beberá vino ni
bebida fermentada, no comerá nada impuro y observará todo lo que yo le he
mandado.»

15 Manóaj dijo entonces al Ángel de Yahveh: «Permítenos retenerte y
prepararte un cabrito.»

16 Pero el Ángel de Yahveh dijo a Manóaj: «Aunque me obligues a
quedarme no probaré tu comida. Pero si quieres preparar un holocausto,
ofréceselo a Yahveh.» Porque Manóaj no sabía que era el Ángel de Yahveh.
17 Manóaj dijo entonces al Ángel de Yahveh: «¿Cuál es tu nombre

para que, cuando se cumpla tu palabra, te podamos honrar?»

18 El Ángel de Yahveh le respondió: «¿Por qué me preguntas el
nombre, si es maravilloso?.»

19 Manóaj tomó el cabrito y la oblación y lo ofreció en holocausto,
sobre la roca, a Yahveh, que obra maravillas. Manóaj y su mujer estaban
mirando.

20 Cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el Ángel de Yahveh
subía en la llama. Manóaj y su mujer lo estaban viendo y cayeron rostro en
tierra.

21 Al desaparecer el Ángel de Yahveh de la vista de Manóaj y su
mujer, Manóaj se dio cuenta de que era el Ángel de Yahveh.

22 Y dijo Manóaj a su mujer: «Seguro que vamos a morir, porque
hemos visto a Dios.»

23 Su mujer le respondió: «Si Yahveh hubiera querido matarnos no
habría aceptado de nuestra mano el holocausto ni la oblación, no nos habría


mostrado todas estas cosas ni precisamente ahora nos habría hecho oír
esto.»