Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jueces 16, 22-31

22 Pero el pelo de su cabeza, nada más rapado, empezó a crecer.

23 Los tiranos de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran
sacrificio a su dios Dagón y hacer gran fiesta. Decían: «Nuestro
dios ha
puesto en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo.»

24 En cuanto lo vio la gente, alababa a su dios diciendo: «Nuestro dios
ha puesto en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo, al que
devastaba
nuestro país y multiplicaba nuestras víctimas.»

25 Y como su corazón estaba alegre, dijeron: «Llamad a Sansón para
que nos divierta.» Trajeron, pues, a Sansón de la cárcel, y él les
estuvo
divirtiendo; luego lo pusieron de pie entre las columnas.

26 Sansón dijo entonces al muchacho que lo llevaba de la mano:

«Ponme donde pueda tocar las columnas en las que descansa la casa para
que me apoye en ellas.»

27 La casa estaba llena de hombres y mujeres. Estaban dentro todos
los tiranos de los filisteos y, en el terrado, unos 3.000 hombres y mujeres
contemplando los juegos de Sansón.

28 Sansón invocó a Yahveh y exclamó: «Señor Yahveh, dígnate
acordarte de mí, hazme fuerte nada más que esta vez, oh Dios, para que de
un golpe me vengue de los filisteos por mis dos ojos.»

29 Y Sansón palpó las dos columnas centrales sobre las que
descansaba la casa, se apoyó contra ellas, en una con su brazo derecho, en
la otra con el izquierdo,

30 y gritó: «¡Muera yo con los filisteos!» Apretó con todas sus fuerzas
y la casa se derrumbó sobre los tiranos y sobre toda la gente allí reunida.
Los muertos que mató al morir fueron más que los que había matado
en
vida.

31 Sus hermanos y toda la casa de su padre bajaron y se lo llevaron.
Lo subieron y sepultaron entre Sorá y Estaol, en el sepulcro de su
padre
Manóaj. Había juzgado a Israel por espacio de veinte años.