Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jueces 3, 6-25

6 se casaron con sus hijas, dieron sus propias hijas a los hijos de
aquellos y sirvieron a sus dioses.

7 Los israelitas hicieron lo que desagradaba a Yahveh. Se olvidaron de
Yahveh su Dios y sirvieron a los Baales y a las Aserás.

8 Se encendió la ira de Yahveh contra Israel y los dejó a merced de
Kusán Riseatáyim, rey de Edom, y los israelitas sirvieron a
Kusán
Riseatáyim durante ocho años.

9 Los israelitas clamaron a Yahveh y Yahveh suscitó a los israelitas
un libertador que los salvó: Otniel, hijo de Quenaz y hermano menor de
Caleb.

10 El espíritu de Yahveh vino sobre él, fue juez de Israel y salió a la
guerra. Yahveh puso en sus manos a Kusán Riseatáyim, rey de Edom y
triunfó sobre Kusán Riseatáyim.

11 El país quedó tranquilo cuarenta años. Y murió Otniel, hijo de
Quenaz.

12 Los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a Yahveh; y
Yahveh fortaleció a Eglón, rey de Moab, por encima de Israel, porque
hacían lo que desagradaba a Yahveh.

13 A Eglón se le juntaron los hijos de Ammón y de Amalec; salió y
derrotó a Israel, y tomó la ciudad de las Palmeras.

14 Los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab,
dieciocho años.

15 Entonces los israelitas clamaron a Yahveh y Yahveh les suscitó un
libertador: Ehúd, hijo de Guerá, benjaminita, que era zurdo. Los israelitas le
encargaron de llevar el tributo a Eglón, rey de Moab.

16 Ehúd se hizo un puñal de dos filos, de un codo de largo, se lo ciño
debajo de la ropa sobre el muslo derecho,

17 y presentó el tributo a Eglón, rey de Moab. Eglón era un hombre
muy obeso.

18 En cuanto terminó de presentar el tributo, Ehúd mandó marchar a
la gente que había llevado el tributo;

19 pero él, al llegar a los Ídolos que hay en la región de
Guilgal,
volvió otra vez y dijo: «Tengo un mensaje secreto para ti ¡oh rey!» El rey
respondió: ¡Silencio!» y salieron de su presencia todos los que estaban con
él.

20 Ehúd se le acercó . El rey estaba sentado en su galería fresca

particular. Ehúd le dijo: «Tengo una palabra de Dios para ti.» El
rey se
levantó de su silla.

21 Ehúd alargó su mano izquierda, cogió el puñal de su cadera
derecha y se lo hundió en el vientre.


22 Detrás de la hoja entró incluso el mango, y la grasa se cerró sobre
la hoja, pues Ehúd no le sacó el puñal del vientre. Luego escapó
por la
ventana.

23 Ehúd salió por el pórtico; había cerrado tras de sí las puertas de la
galería y echado el cerrojo.

24 Después que se fue, llegaron los criados y vieron que las puertas de
la galería tenían echado el cerrojo. Y se dijeron para sí: «Sin duda se está
cubriendo los pies en el aposento de la galería fresca.»

25 Estuvieron esperando hasta quedar desconcertados, porque no
acababan de abrirse las puertas de la galería. Cogieron la llave y abrieron.
Su amo yacía en tierra, muerto.