Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jueces 3, 7-22

7 Los israelitas hicieron lo que desagradaba a Yahveh. Se olvidaron de
Yahveh su Dios y sirvieron a los Baales y a las Aserás.

8 Se encendió la ira de Yahveh contra Israel y los dejó a merced de
Kusán Riseatáyim, rey de Edom, y los israelitas sirvieron a
Kusán
Riseatáyim durante ocho años.

9 Los israelitas clamaron a Yahveh y Yahveh suscitó a los israelitas
un libertador que los salvó: Otniel, hijo de Quenaz y hermano menor de
Caleb.

10 El espíritu de Yahveh vino sobre él, fue juez de Israel y salió a la
guerra. Yahveh puso en sus manos a Kusán Riseatáyim, rey de Edom y
triunfó sobre Kusán Riseatáyim.

11 El país quedó tranquilo cuarenta años. Y murió Otniel, hijo de
Quenaz.

12 Los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a Yahveh; y
Yahveh fortaleció a Eglón, rey de Moab, por encima de Israel, porque
hacían lo que desagradaba a Yahveh.

13 A Eglón se le juntaron los hijos de Ammón y de Amalec; salió y
derrotó a Israel, y tomó la ciudad de las Palmeras.

14 Los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab,
dieciocho años.

15 Entonces los israelitas clamaron a Yahveh y Yahveh les suscitó un
libertador: Ehúd, hijo de Guerá, benjaminita, que era zurdo. Los israelitas le
encargaron de llevar el tributo a Eglón, rey de Moab.

16 Ehúd se hizo un puñal de dos filos, de un codo de largo, se lo ciño
debajo de la ropa sobre el muslo derecho,

17 y presentó el tributo a Eglón, rey de Moab. Eglón era un hombre
muy obeso.

18 En cuanto terminó de presentar el tributo, Ehúd mandó marchar a
la gente que había llevado el tributo;

19 pero él, al llegar a los Ídolos que hay en la región de
Guilgal,
volvió otra vez y dijo: «Tengo un mensaje secreto para ti ¡oh rey!» El rey
respondió: ¡Silencio!» y salieron de su presencia todos los que estaban con
él.

20 Ehúd se le acercó . El rey estaba sentado en su galería fresca

particular. Ehúd le dijo: «Tengo una palabra de Dios para ti.» El
rey se
levantó de su silla.

21 Ehúd alargó su mano izquierda, cogió el puñal de su cadera
derecha y se lo hundió en el vientre.


22 Detrás de la hoja entró incluso el mango, y la grasa se cerró sobre
la hoja, pues Ehúd no le sacó el puñal del vientre. Luego escapó
por la
ventana.