Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jueces 6, 27-39

27 Gedeón tomó entonces diez hombres de entre sus criados e hizo
como Yahveh le había ordenado. Pero, como temía a su familia y a la gente
de la ciudad, en lugar de hacerlo de día, lo hizo de noche.

28 A la mañana siguiente se levantó la gente de la ciudad; el altar de
Baal estaba derruido, el cipo que se alzaba junto a él, cortado; y
el toro
había sido ofrecido en holocausto sobre el altar recién construido.

29 Entonces se dijeron unos a otros: «¿Quién habrá hecho esto?» Tras
indagar y buscar dijeron: «Es Gedeón, hijo de Joás, el que lo ha hecho.»

30 La gente de la ciudad dijo entonces a Joás: «Haz salir a tu hijo, y
que muera, pues ha derruido el altar de Baal y cortado el cipo que se alzaba
a su lado.»

31 Joás respondió a todos los que tenía delante: «¿Es que vosotros
vais a salir en defensa de Baal? ¿Vosotros le vais a salvar? (El que defiende
a Baal, tiene que morir antes del amanecer.) Si es dios, que pleitee con él,
ya que le destruyó su altar.»

32 Aquel día se llamó a Gedeón Yerubbaal, porque decían: «¡Que
Baal pleitee con él, pues le destruyó su altar!».

33 Todo Madián, Amalec y los hijos de Oriente se juntaron, pasaron el
Jordán, y acamparon en la llanura de Yizreel.

34 El espíritu de Yahveh revistió a Gedeón; él tocó el cuerno y
Abiezer se reunió a él.

35 Envió mensajeros por todo Manasés, que se reunió también con él;
y envió mensajeros por Aser, Zabulón y Neftalí, que le
salieron al
encuentro.

36 Gedeón dijo a Dios: «Si verdaderamente vas a salvar por mi mano
a Israel, como has dicho,

37 yo voy a tender un vellón sobre la era; si hay rocío solamente sobre
el vellón y todo el suelo queda seco, sabré que tú salvarás a Israel por mi
mano, como has prometido.»

38 Así sucedió. Gedeón se levantó de madrugada, estrujó el vellón y
exprimió su rocío, una copa llena de agua.

39 Gedeón dijo a Dios: «No te irrites contra mí si me atrevo a hablar
de nuevo. Por favor, quisiera hacer por última vez la prueba con el vellón:
que quede seco sólo el vellón y que haya rocío por todo el suelo.»