Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jueces 9, 2-30

2 «Decid esto, por favor, a oídos de todos los señores de Siquem:

¿Qué es mejor para vosotros, que os estén mandando setenta hombres,
todos los hijos de Yerubbaal, o que os mande uno solo? Recordad además
que yo soy de vuestros huesos y de vuestra carne.»

3 Los hermanos de su madre hablaron de él en los mismos términos a
todos los señores de Siquem, y su corazón se inclinó hacia Abimélek,
porque se decían: «Es nuestro hermano.»

4 Le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal Berit, con los
que Abimélek contrató a hombres miserables, y vagabundos, que se fueron
con él.

5 Fue entonces a casa de su padre, en Ofrá, y mató a sus hermanos, los
hijos de Yerubbaal, setenta hombres, sobre una misma piedra. Sólo escapó
Jotam, el hijo menor de Yerubbaal, porque se escondió.

6 Luego se reunieron todos los señores de Siquem y todo Bet Milló, y
fueron y proclamaron rey a Abimélek junto al Terebinto de la estela
que
hay en Siquem.

7 Se lo anunciaron a Jotam, quien se colocó en la cumbre del monte
Garizim, alzó la voz y clamó: «Escuchadme, señores de Siquem, y que Dios
os escuche.


8 Los árboles se pusieron en camino para ungir a uno como su rey.

Dijeron al olivo: “Sé tú nuestro rey.”

9 Les respondió el olivo: “¿Voy a renunciar a mi aceite con el que
gracias a mí son honrados los dioses y los hombres, para ir a
vagar por
encima de los árboles?”

10 Los árboles dijeron a la higuera: “Ven tú, reina sobre nosotros.”

11 Les respondió la higuera: “¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi
sabroso fruto, para ir a vagar por encima de los árboles?

12 Los árboles dijeron a la vid: “Ven tú, reina sobre nosotros.”

13 Les respondió la vid: “¿Voy a renunciar a mi mosto, el que alegra a
los dioses y a los hombres, para ir a vagar por encima de los árboles?”

14 Todos los árboles dijeron a la zarza: “Ven tú, reina sobre nosotros.”

15 La zarza respondió a los árboles: “Si con sinceridad venís a
ungirme a mí para reinar sobre vosotros, llegad y cobijaos a mi sombra. Y
si no es así, brote fuego de la zarza y devore los cedros del Líbano.”»

16 «Ahora pues, ¿habéis obrado con sinceridad y lealtad al elegir rey a
Abimélek? ¿Os habéis portado bien con Yerubbaal y su casa y le
habéis
tratado según el mérito de sus manos?

17 Mi padre combatió por vosotros, arriesgó su vida, os libró de la
mano de Madián;

18 y vosotros os habéis alzado hoy contra la casa de mi padre, habéis
matado a sus hijos, setenta hombres sobre una misma piedra, y
habéis
puesto por rey a Abimélek, el hijo de su esclava, sobre los señores
de
Siquem, por ser él vuestro hermano.

19 Si, pues, habéis obrado con sinceridad y lealtad con Yerubbaal y
con su casa en el día de hoy, que Abimélek sea vuestra alegría y vosotros la
suya.

20 De lo contrario, que salga fuego de Abimélek y devore a los
señores de Siquem y de Bet Milló; y que salga fuego de los
señores de
Siquem y Bet Milló y devore a Abimélek.»

21 Y Jotam huyó, se puso a salvo y fue a Beer, donde se estableció,
lejos del alcance de su hermano Abimélek.

22 Abimélek gobernó tres años en Israel.

23 Pero Dios envió un espíritu de discordia entre Abimélek y los
señores de Siquem; y los señores de Siquem traicionaron a Abimélek,

24 para que el crimen cometido contra los setenta hijos de Yerubbaal
fuera vengado y su sangre cayera sobre su hermano Abimélek, que los
había asesinado, y sobre los señores de Siquem, que le habían
ayudado a
asesinar a sus hermanos.

25 Los señores de Siquem prepararon contra él emboscadas en las
cimas de los montes y saqueaban a todo el que pasaba cerca por el camino.
Y se dio aviso a Abimélek.

26 Gaal, hijo de Obed, acompañando a sus hermanos, vino a pasar por
Siquem y se ganó la confianza de los señores de Siquem.


27 Salieron éstos al campo a vendimiar sus viñas, pisaron las uvas,
hicieron fiesta y entraron en el templo de su dios. Comieron y bebieron y
maldijeron a Abimélek.

28 Entonces Gaal, hijo de Obed, exclamó: «¿Quién es Abimélek y qué
es Siquem para que le sirvamos? ¿por qué el hijo de Yerubbaal y Zebul, su
lugarteniente, no han de servir a la gente de Jamor, padre de Siquem? ¿Por
qué hemos de servirles nosotros?

29 ¡Quién pusiera este pueblo en mis manos! Yo echaría a Abimélek y
le diría: Refuerza tu ejército y sal a la lucha.»

30 Zebul, gobernador de la ciudad, se enteró de la propuesta de Gaal,
hijo de Obed, y montó en cólera.