Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Lucas 22, 53-66

53 Estando yo todos los días en el Templo con vosotros, no me
pusisteis las manos encima; pero esta es vuestra hora y el poder de
las
tinieblas.»

54 Entonces le prendieron, se lo llevaron y le hicieron entrar en la casa
del Sumo Sacerdote; Pedro le iba siguiendo de lejos.

55 Habían encendido una hoguera en medio del patio y estaban
sentados alrededor; Pedro se sentó entre ellos.

56 Una criada, al verle sentado junto a la lumbre, se le quedó mirando
y dijo: «Este también estaba con él.»

57 Pero él lo negó: «¡Mujer, no le conozco!»

58 Poco después, otro, viéndole, dijo: «Tú también eres uno de ellos.»
Pedro dijo: «Hombre, no lo soy!»

59 Pasada como una hora, otro aseguraba: «Cierto que éste también
estaba con él, pues además es galileo.»

60 Le dijo Pedro: «¡Hombre, no sé de qué hablas!» Y en aquel
momento, estando aún hablando, cantó un gallo,

61 y el Señor se volvió y miró a Pedro, y recordó Pedro las palabras
del Señor, cuando le dijo: «Antes que cante hoy el gallo, me habrás negado
tres veces.»

62 Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente.

63 Los hombres que le tenían preso se burlaban de él y le golpeaban;


64 y cubriéndole con un velo le preguntaban: «¡Adivina! ¿Quién es el
que te ha pegado?»

65 Y le insultaban diciéndole otras muchas cosas.

66 En cuanto se hizo de día, se reunió el Consejo de Ancianos del
pueblo, sumos sacerdotes y escribas, le hicieron venir a su Sanedrín