Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Marcos 14, 34-49

34 Y les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos
aquí y velad.»

35 Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser
posible pasara de él aquella hora.

36 Y decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta
copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.»

37 Viene entonces y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «Simón,

¿duermes?, ¿ni una hora has podido velar?

38 Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está
pronto, pero la carne es débil.»

39 Y alejándose de nuevo, oró diciendo las mismas palabras.

40 Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban
cargados; ellos no sabían qué contestarle.

41 Viene por tercera vez y les dice: «Ahora ya podéis dormir y
descansar. Basta ya. Llegó la hora. Mirad que el Hijo del hombre va a ser
entregado en manos de los pecadores.

42 ¡Levantaos! ¡vámonos! Mirad, el que me va a entregar está cerca.»
43 Todavía estaba hablando, cuando de pronto se presenta Judas, uno

de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, de parte de los
sumos sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.

44 El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: «Aquel a
quien yo dé un beso, ése es, prendedle y llevadle con cautela.»

45 Nada más llegar, se acerca a él y le dice: «Rabbí», y le dio un beso.
46 Ellos le echaron mano y le prendieron.

47 Uno de los presentes, sacando la espada, hirió al siervo del Sumo
Sacerdote, y le llevó la oreja.

48 Y tomando la palabra Jesús, les dijo: «¿Como contra un salteador
habéis salido a prenderme con espadas y palos?

49 Todos los días estaba junto a vosotros enseñando en el Templo, y
no me detuvisteis. Pero es para que se cumplan las Escrituras.»