Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Marcos 5, 23-39

23 y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de
morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva.»

24 Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía.

25 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce

años,

26 y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado

todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor,

27 habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la
gente y tocó su manto.

28 Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me
salvaré.»

29 Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo
que quedaba sana del mal.

30 Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de
él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?»

31 Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime
y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”»

32 Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había
hecho.


33 Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó
atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad.

34 El le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de
tu enfermedad.»

35 Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga
unos diciendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?»

36 Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No
temas; solamente ten fe.»

37 Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y
Juan, el hermano de Santiago.

38 Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos
que lloraban y otros que daban grandes alaridos.

39 Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha
muerto; está dormida.»