Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Marcos 6, 14-32

14 Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre.
Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por
eso actúan en él fuerzas milagrosas.»

15 Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás
profetas.»

16 Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése
ha resucitado.»

17 Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le
había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su
hermano Filipo, con quien Herodes se había casado.

18 Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer
de tu hermano.»

19 Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía,

20 pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo,
y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto.

21 Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un
banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea.

22 Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a
Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme
lo que quieras y te lo daré.»

23 Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino.»

24 Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?» Y
ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista.»

25 Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió:

«Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan
el
Bautista.»

26 El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa
del
juramento y de los comensales.

27 Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle
la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel

28 y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la
muchacha se la dio a su madre.

29 Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le
dieron sepultura.

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que
habían hecho y lo que habían enseñado.

31 El, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar
solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos,
y no les quedaba tiempo ni para comer.

32 Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario.