Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Marcos 6, 21-37

21 Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un
banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea.

22 Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a
Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme
lo que quieras y te lo daré.»

23 Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino.»

24 Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?» Y
ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista.»

25 Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió:

«Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan
el
Bautista.»

26 El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa
del
juramento y de los comensales.

27 Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle
la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel

28 y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la
muchacha se la dio a su madre.

29 Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le
dieron sepultura.

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que
habían hecho y lo que habían enseñado.

31 El, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar
solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos,
y no les quedaba tiempo ni para comer.

32 Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario.


33 Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron
allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos.

34 Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues
estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas
cosas.

35 Era ya una hora muy avanzada cuando se le acercaron sus
discípulos y le dijeron: «El lugar está deshabitado y ya es hora avanzada.

36 Despídelos para que vayan a las aldeas y pueblos del contorno a
comprarse de comer.»

37 El les contestó: «Dadles vosotros de comer.» Ellos le dicen:

«¿Vamos nosotros a comprar doscientos denarios de pan para darles de
comer?»