Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Mateo 26, 49-56

49 Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve, Rabbí!», y le dio
un beso.

50 Jesús le dijo: «Amigo, ¡a lo que estás aquí!» Entonces aquéllos se
acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron.

51 En esto, uno de los que estaban con Jesús echó mano a su espada,
la sacó e, hiriendo al siervo del Sumo Sacerdote, le llevó la oreja.

52 Dícele entonces Jesús: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos
los que empuñen espada, a espada perecerán.

53 ¿O piensas que no puedo yo rogar a mi Padre, que pondría al punto
a mi disposición más de doce legiones de ángeles?

54 Mas, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que así debe suceder?»

55 En aquel momento dijo Jesús a la gente: «¿Como contra un
salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos? Todos los días me
sentaba en el Templo para enseñar, y no me detuvisteis.

56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de
los profetas.» Entonces los discípulos le abandonaron todos y huyeron.