Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Nehemías 2, 8-20

8 y asimismo una carta para Asaf, el encargado de los parques reales,

para que me proporcione madera de construcción para las puertas de la
ciudadela del Templo, la muralla de la ciudad y la casa en que yo me he de
instalar.» El rey me lo concedió, pues la mano bondadosa de mi Dios estaba
conmigo.

9 Me dirigí, pues, a los gobernadores de Transeufratina y les entregué
las cartas del rey. El rey me había hecho escoltar por oficiales del ejército y
gente de a caballo.

10 Al enterarse de ello Samballat el joronita y Tobías el servidor
ammonita, les sentó muy mal que alguien viniera a procurar el bienestar de
los israelitas.

11 Llegué a Jerusalén y me quedé allí tres días.

12 Luego me levanté de noche con unos pocos hombres, sin
comunicar a nadie lo que mi Dios me había inspirado que hiciera por
Jerusalén, y sin llevar conmigo más que la cabalgadura en que iba montado.
13 Saliendo, pues, de noche por la puerta del Valle, me dirigí hacia la
Fuente del Dragón y hacia la puerta del Muladar: inspeccioné la muralla de
Jerusalén por donde tenía brechas, y las puertas que habían sido devoradas

por el fuego.

14 Continué luego hacia la puerta de la Fuente y la alberca del Rey,
pero no había paso para mi cabalgadura.

15 Volví a subir, pues, de noche, por el Torrente, inspeccionando la
muralla, y volví a entrar por la puerta del Valle. Así regresé a casa.

16 Los consejeros no supieron dónde había ido ni lo que había hecho.
Hasta entonces no había dicho nada a los judíos: ni a los sacerdotes ni a los
notables ni a los consejeros ni a los funcionarios;

17 entonces les dije: «Vosotros mismos veis la triste situación en que
nos encontramos, pues Jerusalén está en ruinas, y sus puertas devoradas por
el fuego. Vamos a reconstruir la muralla de Jerusalén, y no seremos
más
objeto de escarnio.»


18 Y les referí cómo la mano bondadosa de mi Dios había estado
conmigo, y les relaté también las palabras que el rey me había dicho. Ellos
dijeron: «¡Levantémonos y construyamos!» Y se afianzaron en su buen
propósito.

19 Al enterarse de ello Samballat el joronita, Tobías el
siervo
ammonita y Guésem el árabe, se burlaron de nosotros y vinieron a
decirnos: «¿Qué hacéis? ¿Es que os habéis rebelado contra el rey?»

20 Yo les respondí: «El Dios del cielo nos hará triunfar. Nosotros sus
siervos, vamos a ponernos a la obra. En cuanto a vosotros, no tenéis parte
ni derecho ni recuerdo en Jerusalén.»