Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Números 16, 12-33

12 Mandó Moisés llamar a Datán y Abirón, hijos de Eliab. Pero ellos
respondieron: «No queremos ir.

13 ¿Te parece poco habernos sacado de una tierra que mana leche y
miel para hacernos morir en el desierto, que todavía te eriges como príncipe
sobre nosotros?

14 No nos has traído a ningún país que mana leche y miel, ni nos has
dado una herencia de campos y vergeles. ¿Pretendes cegar los ojos de estos
hombres? ¡No iremos!»

15 Moisés se enojó mucho y dijo a Yahveh: «No mires a su oblación.
Yo no les he quitado ni un solo asno, ni le he hecho mal a
ninguno de
ellos.»

16 Dijo Moisés a Coré: «Tú y toda tu cuadrilla presentaos mañana
delante de Yahveh: tú, ellos y Aarón.

17 Que tome cada uno su incensario, le ponga incienso y lo presente
delante de Yahveh; cada uno su incensario: 250 incensarios en total.

también, y Aarón, presentad cada uno vuestro incensario.»

18 Tomaron cada uno su incensario, le pusieron fuego, le echaron
incienso y se presentaron a la entrada de la Tienda del Encuentro, lo mismo
que Moisés y Aarón.

19 Coré convocó ante éstos a toda la comunidad a la puerta de la
Tienda del Encuentro y se apareció la gloria de Yahveh a
toda la
comunidad.

20 Habló Yahveh a Moisés y Aarón y les dijo:

21 «Apartaos de esa comunidad, que los voy a devorar en un
instante.»

22 Ellos cayeron rostro en tierra y clamaron: «Oh Dios, Dios de los
espíritus de toda carne: un solo hombre ha pecado, ¿y te enojas con toda la
comunidad?»

23 Respondió Yahveh a Moisés:

24 «Habla a esa comunidad y diles: Alejaos de los alrededores de la
morada de Coré.»

25 Se levantó Moisés y fue donde Datán y Abirón; los ancianos de
Israel le siguieron.

26 Y habló a la comunidad diciendo: «Apartaos, por favor, de las
tiendas de estos hombres malvados, y no toquéis nada de cuanto les
pertenece, no sea que perezcáis por todos sus pecados.»

27 Ellos se apartaron de los alrededores de la morada de Coré. Datán y
Abirón habían salido y estaban a la puerta de sus tiendas, con sus mujeres,
hijos y pequeñuelos.

28 Moisés dijo: «En esto conoceréis que Yahveh me ha enviado para
hacer todas estas obras, y que no es ocurrencia mía:

29 si mueren estos hombres como muere cualquier mortal, alcanzados
por la sentencia común a todo hombre, es que Yahveh no me ha enviado.


30 Pero si Yahveh obra algo portentoso, si la tierra abre su boca y los
traga con todo lo que les pertenece, y bajan vivos al seol, sabréis que esos
hombres han rechazado a Yahveh.

31 Y sucedió que, nada más terminar de decir estas palabras, se abrió
el suelo debajo de ellos;

32 la tierra abrió su boca y se los tragó, con todas sus familias,
así
como a todos los hombres de Coré, con todos sus bienes.

33 Bajaron vivos al seol con todo lo que tenían. Los cubrió la tierra y
desaparecieron de la asamblea.