Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Oseas 2, 1-18

1 El número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no
se mide ni se cuenta. Y en el lugar mismo donde se les decía
«No-mi-
pueblo», se les dirá: «Hijos-de-Dios-vivo.»

2 Se juntarán los hijos de Judá y los hijos de Israel en uno, se pondrán
un solo jefe, y desbordarán de la tierra, porque será grande el día de Yizreel.
3 Decid a vuestros hermanos: «Mi pueblo», y a vuestras hermanas:

«Compadecida».

4 ¡Pleitead con vuestra madre, pleitead, porque ella ya no es mi mujer,
y yo no soy su marido! ¡Que quite de su rostro sus prostituciones y de entre
sus pechos sus adulterios;

5 no sea que yo la desnude toda entera, y la deje como el día en que
nació, la ponga hecha un desierto, la reduzca a tierra árida, y la haga morir
de sed!

6 Ni de sus hijos me compadeceré, porque son hijos de prostitución.

7 Pues su madre se ha prostituido, se ha deshonrado la que los
concibió, cuando decía: «Me iré detrás de mis amantes, los que me dan mi
pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas.»

8 Por eso, yo cercaré su camino con espinos, la cercaré con seto y no
encontrará más sus senderos;


9 perseguirá a sus amantes y no los alcanzará, los buscará y no los
hallará. Entonces dirá: «Voy a volver a mi primer marido, que entonces me
iba mejor que ahora.»

10 No había conocido ella que era yo quien le daba el trigo, el mosto y
el aceite virgen, ¡la plata yo se la multiplicaba, y el oro lo
empleaban en
Baal!

11 Por eso volveré a tomar mi trigo a su tiempo y mi mosto a su
estación, retiraré mi lana y mi lino que habían de cubrir su desnudez.

12 Y ahora descubriré su vergüenza a los ojos de sus amantes, y nadie
la librará de mi mano.

13 Haré cesar todo su regocijo, sus fiestas, sus novilunios, sus
sábados, y todas sus solemnidades.

14 Arrasaré su viñedo y su higuera, de los que decía: «Ellos son mi
salario, que me han dado mis amantes»; en matorral los convertiré, y
la
bestia del campo los devorará.

15 La visitaré por los días de los Baales, cuando les quemaba incienso,
cuando se adornaba con su anillo y su collar y se iba detrás de sus amantes,
olvidándose de mí, - oráculo de Yahveh.

16 Por eso yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a
su
corazón.

17 Allí le daré sus viñas, el valle de Akor lo haré puerta de esperanza;
y ella responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que
subía del país de Egipto.

18 Y sucederá aquel día - oráculo de Yahveh - que ella me llamará:

«Marido mío», y no me llamará más: «Baal mío.»