Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Romanos 16, 5-23

5 saludad también a la Iglesia que se reúne en su casa. Saludad a mi
querido Epéneto, primicias del Asia para Cristo.

6 Saludad a María, que se ha afanado mucho por vosotros.

7 Saludad a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de
prisión, ilustres entre los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo.

8 Saludad a Ampliato, mi amado en el Señor.

9 Saludad a Urbano, colaborador nuestro en Cristo; y a mi querido
Estaquio.

10 Saludad a Apeles, que ha dado buenas pruebas de sí en Cristo.

Saludad a los de la casa de Aristóbulo.


11 Saludad a mi pariente Herodión. Saludad a los de la casa de
Narciso, en el Señor.

12 Saludad a Trifena y a Trifosa, que se han fatigado en el Señor.

Saludad a la amada Pérside, que trabajó mucho en el Señor.

13 Saludad a Rufo, el escogido del Señor; y a su madre, que lo es
también mía.

14 Saludad a Asíncrito y Flegonta, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a
los hermanos que están con ellos.

15 Saludad a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, lo mismo que
a Olimpas y a todos los santos que están con ellos.

16 Saludaos los unos a los otros con el beso santo. Todas las Iglesias
de Cristo os saludan.

17 Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones
y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos,

18 pues esos tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su
propio vientre, y, por medio de suaves palabras y lisonjas, seducen
los
corazones de los sencillos.

19 Vuestra obediencia se ha divulgado por todas partes; por lo cual,
me alegro de vosotros. Pero quiero que seáis ingeniosos para el
bien e
inocentes para el mal.

20 Y el Dios de la paz aplastará bien pronto a Satanás bajo vuestros
pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

21 Os saluda Timoteo, mi colaborador, lo mismo que Lucio, Jasón y
Sosípatro, mis parientes.

22 Os saludo en el Señor yo, Tercio, que he escrito esta carta.
23 Os saluda Gayo, huésped mío y de toda la Iglesia.

25 Os saluda Erasto, cuestor de la ciudad, y Cuarto, nuestro hermano.
A Aquel que puede consolidaros conforme al Evangelio mío y
la
predicación de Jesucristo: revelación de un Misterio mantenido en secreto
durante siglos eternos,

26 pero manifestado al presente, por la Escrituras que lo predicen, por
disposición del Dios eterno, dado a conocer a todos los gentiles para
obediencia de la fe,

27 a Dios, el único sabio, por Jesucristo, ¡a él la gloria por los siglos
de los siglos! Amén.