Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Salmo 119, 117-140

117 Sé tú mi apoyo, y seré salvo, y sin cesar tendré a la vista
tus
preceptos.

118 Tú deshaces a todos los que se desvían de tus preceptos, mentira
es su astucia.

119 Tienes por escoria a todos los impíos de la tierra, por eso amo yo
tus dictámenes.

120 Por tu terror tiembla mi carne, de tus juicios tengo miedo.

121 = Ain. = Juicio y justicia he practicado, a mis opresores no me
entregues.

122 Sé fiador de tu siervo para el bien, no me opriman los soberbios.
123 En pos de tu salvación languidecen mis ojos, tras tu promesa de

justicia.

124 Según tu amor trata a tu siervo, enséñame tus preceptos.

125 Yo soy tu servidor, hazme entender, y aprenderé tus dictámenes.
126 Ya es hora de actuar, Yahveh, se ha violado tu ley.

127 Por eso amo yo tus mandamientos más que el oro, más que el oro

fino.

128 Por eso me guío por todas tus ordenanzas y odio toda senda de

mentira.

129 = Pe. = Maravillas son tus dictámenes, por eso mi alma los
guarda.

130 Al abrirse, tus palabras iluminan dando inteligencia a los
sencillos.

131 Abro mi boca franca, y hondo aspiro, que estoy ansioso de tus
mandamientos.

132 Vuélvete a mí y tenme piedad, como es justo para los que aman tu
nombre.

133 Mis pasos asegura en tu promesa, que no me domine ningún mal.
134 Rescátame de la opresión del hombre, y tus ordenanzas guardaré.

135 Haz que brille tu faz para tu siervo, y enséñame tus preceptos.
136 Mis ojos destilan ríos de lágrimas, porque tu ley no se guarda.
137 = Sade. = ¡Justo eres tú, Yahveh, y rectitud tus juicios!

138 Con justicia impones tus dictámenes, con colmada verdad.

139 Mi celo me consume, porque mis adversarios olvidan tus
palabras.


140 Acendrada en extremo es tu promesa, tu servidor la ama.