Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Salmo 71, 3-18

3 ¡Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve, pues
mi roca eres tú y mi fortaleza.

4 ¡Dios mío, líbrame de la mano del impío, de las garras del perverso
y del violento!

5 Pues tú eres mi esperanza, Señor, Yahveh, mi confianza desde mi
juventud.

6 En ti tengo mi apoyo desde el seno, tú mi porción desde las entrañas
de mi madre; ¡en ti sin cesar mi alabanza!

7 Soy el asombro de muchos, mas tú eres mi seguro refugio.
8 Mi boca está repleta de tu loa, de tu gloria todo el día.

9 A la hora de mi vejez no me rechaces, no me abandones cuando
decae mi vigor.

10 Porque de mí mis enemigos hablan, los que espían mi alma se
conciertan:

11 «¡Dios le ha desamparado, perseguidle, apresadle, pues no hay
quien le libere!»

12 ¡Oh Dios, no te estés lejos de mí, Dios mío, ven pronto en mi
socorro!

13 ¡Confusión y vergüenza sobre aquellos que acusan a mi alma;
cúbranse de ignominia y de vergüenza los que buscan mi mal!

14 Y yo, esperando sin cesar, más y más te alabaré;

15 publicará mi boca tu justicia, todo el día tu salvación.

16 Y vendré a las proezas de Yahveh, recordaré tu justicia, tuya sólo.
17 ¡Oh Dios, desde mi juventud me has instruido, y yo he anunciado

hasta hoy tus maravillas!

18 Y ahora que llega la vejez y las canas, ¡oh Dios, no me abandones!,
para que anuncie yo tu brazo a todas las edades venideras, ¡tu poderío