Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Salmo 78, 1-28

1 Escucha mi ley, pueblo mío, tiende tu oído a las palabras de mi

boca;


2 voy a abrir mi boca en parábolas, a evocar los misterios del pasado.
3 Lo que hemos oído y que sabemos, lo que nuestros padres nos

contaron,

4 no se lo callaremos a sus hijos, a la futura generación lo contaremos:
Las alabanzas de Yahveh y su poder, las maravillas que hizo;

5 él estableció en Jacob un dictamen, y puso una ley en Israel; El
había mandado a nuestros padres que lo comunicaran a sus hijos,

6 que la generación siguiente lo supiera, los hijos que habían de nacer;
y que éstos se alzaran y se lo contaran a sus hijos,

7 para que pusieran en Dios su confianza, no olvidaran las hazañas de
Dios, y sus mandamientos observaran;

8 para que no fueran, lo mismo que sus padres, una generación rebelde
y revoltosa, generación de corazón voluble y de espíritu desleal a Dios.

9 Los hijos de Efraím, diestros arqueros, retrocedieron el día del
combate;

10 no guardaban la alianza hecha con Dios, rehusaban caminar según
su ley;

11 tenían olvidados sus portentos, las maravillas que él les hizo ver:
12 prodigios hizo a la vista de sus padres en el país de Egipto, en los

campos de Tanis.

13 Hendió la mar y los pasó a través, contuvo las aguas como un
dique;

14 de día los guiaba con la nube, y cada noche con resplandor de
fuego;

15 en el desierto hendió las rocas, los abrevó a raudales sin medida;

16 hizo brotar arroyos de la peña y descender las aguas como ríos.

17 Pero ellos volvían a pecar contra él, a rebelarse contra el Altísimo
en la estepa;

18 a Dios tentaron en su corazón reclamando manjar para su hambre.
19 Hablaron contra Dios; dijeron: «¿Será Dios capaz de aderezar una

mesa en el desierto?

20 «Ved que él hirió la roca, y corrieron las aguas, fluyeron los
torrentes: ¿podrá de igual modo darnos pan, y procurar carne a su pueblo?»

21 Entonces Yahveh lo oyó y se enfureció, un fuego se encendió
contra Jacob, y la Cólera estalló contra Israel,

22 porque en Dios no habían tenido fe ni confiaban en su salvación.
23 Y a las nubes mandó desde lo alto, abrió las compuertas de los

cielos;

24 hizo llover sobre ellos maná para comer, les dio el trigo de los
cielos;

25 pan de Fuertes comió el hombre, les mandó provisión hasta la
hartura.

26 Hizo soplar en los cielos el solano, el viento del sur con su poder
atrajo,


27 y llovió sobre ellos carne como polvo, y aves como la arena de los
mares;

28 las dejó caer en medio de su campo, en torno a sus moradas.