Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Tobías 10, 3-7

3 Y empezó a ponerse triste.

4 Ana, su mujer, decía: «Mi hijo ha muerto y ya no se cuenta entre los
vivos.» Y rompió a llorar y a lamentarse por su hijo, diciendo:

5 «¡Ay de mí, hijo mío! ¡Que te dejé marchar a ti, luz de mis ojos!»


6 Tobit le dijo: «Calla, hermana, no pienses eso. El está bien. Habrán
tenido algún contratiempo allí, pero su compañero es hombre de fiar y uno
de los nuestros; no te inquietes por él, que debe estar cerca.»

7 Ella le replicó: «Déjame, no intentes engañarme. Mi hijo ha
muerto.» Y todos los días se iba a mirar el camino por donde su hijo había
marchado. No creía a nadie. Y cuando se ponía el sol, entraba en
casa y
pasaba las noches gimiendo y llorando, sin poder dormir.