Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Éxodo 15, 2-27

2 Mi fortaleza y mi canción es Yah. El es mi salvación. El, mi Dios,
yo le glorifico, el Dios de mi padre, a quien exalto.

3 ¡Un guerrero Yahveh, Yahveh es su nombre!

4 Los carros de Faraón y sus soldados precipitó en el mar. La flor de
sus guerreros tragó el mar de Suf;

5 cubriólos el abismo, hasta el fondo cayeron como piedra.

6 Tu diestra, Yahveh, relumbra por su fuerza; tu diestra, Yahveh,
aplasta al enemigo.

7 En tu gloria inmensa derribas tus contrarios, desatas tu furor y los
devora como paja.

8 Al soplo de tu ira se apiñaron las aguas, se irguieron las olas como
un dique, los abismos cuajaron en el corazón del mar.

9 Dijo el enemigo: «Marcharé a su alcance, repartiré despojos, se
saciará mi alma, sacaré mi espada y los aniquilará mi mano.»

10 Mandaste tu soplo, cubriólos el mar; se hundieron como plomo en
las temibles aguas.

11 ¿Quién como tú, Yahveh, entre los dioses? ¿Quién como tú,
glorioso en santidad, terrible en prodigios, autor de maravillas?

12 Tendiste tu diestra y los tragó la tierra.

13 Guiaste en tu bondad al pueblo rescatado. Tu poder los condujo a
tu santa morada.

14 Oyéronlo los pueblos, se turbaron, dolor como de parto en Filistea.
15 Los príncipes de Edom se estremecieron, se angustiaron los jefes

de Moab y todas las gentes de Canaán temblaron.

16 Pavor y espanto cayó sobre ellos. La fuerza de tu brazo los hizo
enmudecer como una piedra, hasta que pasó tu pueblo, oh Yahveh, hasta
pasar el pueblo que compraste.


17 Tú le llevas y le plantas en el monte de tu herencia, hasta el lugar
que tú te has preparado para tu sede, ¡oh Yahveh! Al santuario,
Adonay,
que tus manos prepararon.

18 ¡Yahveh reinará por siempre jamás!»

19 Porque cuando los caballos de Faraón y los carros con sus
guerreros entraron en el mar, Yahveh hizo que las aguas del mar volvieran
sobre ellos, mientras que los israelitas pasaron a pie enjuto por medio del
mar.

20 María, la profetisa, hermana de Aarón tomó en sus manos un
tímpano y todas la mujeres la seguían con tímpanos y danzando en coro.

21 Y María les entonaba el estribillo: «Cantad a Yahveh pues se
cubrió de gloria. arrojando en el mar caballo y carro.»

22 Moisés hizo partir a los israelitas del mar de Suf y se
dirigieron
hacia el desierto de Sur: caminaron tres días por el desierto sin
encontrar
agua.

23 Luego llegaron a Mará, porque era amarga. Por eso se llama aquel
lugar Mará.

24 El pueblo murmuró contra Moisés, diciendo: «¿Qué vamos a
beber?»

25 Entonces Moisés invocó a Yahveh, y Yahveh le mostró un madero
que Moisés echó al agua, y el agua se volvió dulce. Allí dio a
Israel
decretos y normas, y allí le puso a prueba.

26 Y dijo: «Si de veras escuchas la voz de Yahveh, tu Dios, y haces lo
que es recto a sus ojos, dando oídos a sus mandatos y guardando todos sus
preceptos, no traeré sobre ti ninguna de las plagas que envié sobre
los
egipcios; porque yo soy Yahveh, el que te sana.»

27 Después llegaron a Elim, donde hay doce fuentes de agua y setenta
palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.